Goteo de grifos, fregadero atascado, malos olores… Hay ciertas averías de fontanería muy comunes a nivel doméstico, sobre todo en la cocina y el lavabo. Debido a su uso diario, hay daños que aparecen y reaparecen, pero por suerte tienen solución. Y aunque la mejor manera de prevenirlas es a través de un buen mantenimiento, en el post de hoy vamos a explicarte cuáles son las averías más comunes en fontanería y cómo se solucionan. Y si te interesa dedicarte a este sector y buscas profesionalizarte, echa un vistazo a la titulación Experto en Fontanería y Calefacción. ¡Síguenos!
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Las 8 averías de fontanería doméstica más comunes y cómo solucionarlas
A todos nos gusta que nuestro hogar funcione correctamente para nuestra comodidad y confort. Es cierto que muchas averías en fontanería las puede solucionar uno mismo, pero no es lo recomendable. La mejor opción es contar con los servicios de un fontanero profesional, porque se necesitan los conocimientos, experiencia y herramientas apropiadas para hacer reparaciones de fontanería.
A través de un buen mantenimiento se pueden evitar las averías con más frecuencia. Aun así, aquí te explicamos las más comunes en fontanería y cómo se les pone solución. Toma nota.
Cisterna que pierde agua
Con el paso del tiempo y el uso habitual del inodoro, este se deteriora y es normal que se produzcan fugas o no se recargue el agua. Y es que la avería más común en sanitarios está en la cisterna, concretamente en que pierda agua. Esto suele suceder porque alguna de las piezas se ha desajustado, por lo que ajustándolas se soluciona el contratiempo. En los casos más graves, se puede estropear la bomba de la cisterna y habrá que sustituirla.
Si la cisterna es muy vieja y suele causar problemas muy a menudo, la mejor solución será cambiarla por una más eficiente, pudiendo ahorrar en el consumo del agua.
Grifos que gotean
Escuchar un grifo gotear constantemente resulta muy molesto. Este problema suele estar causado por algún fallo con las juntas del interior del grifo. Pero, para asegurarnos de qué sucede, tenemos que fijarnos por dónde sale el agua y saber si es en el aireador o en la parte giratoria del caño.
En el primer caso, la mejor solución será sustituir la junta. En el caso de ser el caño, habrá que cambiar la junta tórica.
Fuga o goteo de la ducha
La fuga o goteo de la ducha de mano es otra de las averías domésticas más comunes. Sucede cuando, al dejar sujeta la manguera, sale agua por la alcachofa. Asimismo, se puede dar el caso en el que, cuando abrimos la ducha, parte del agua no salga por el grifo.
Al igual que en el caso de los grifos, el problema está en la unión entre la manguera y la alcachofa. Para solucionarlo, se tiene que desenroscar el cabezal y cambiarlo por otra junta de las mismas características.
Fregadero atascado
Los desperdicios de comida y los restos de aceite condensado suelen ser los causantes del atasco de los fregaderos, lo que también provoca malos olores.
El atasco puede estar causado por la obstrucción del sifón o la bajante. Para solucionarlo fácilmente se puede utilizar un desatascador manual, un líquido desatascador de tuberías o remedios caseros, como el vinagre o el bicarbonato sódico.
Si el problema sigue perdurando, habrá que ver si el sifón es desmontable. En caso de serlo y según la zona donde se encuentre la obstrucción, se puede desatascar con las manos o con un alambre desatascador. Si el sifón no es desmontable, habrá que recurrir a un fontanero para que cambie parte de la instalación.
Atasco en la ducha o el lavabo
Este tipo de obstrucción de tuberías suele estar causado por la acumulación de pelo o jabón, por lo que es muy importante retirarlos siempre. Para ponerle solución, se puede utilizar un desatascador manual, químico o casero (mencionados anteriormente). Si el caso perdura, hay que contactar a un fontanero profesional.
Malos olores en los desagües
Relacionado con las dos averías anteriores, los desperdicios y restos conllevan inconvenientes. Los malos olores en tuberías y desagües se producen por el estancamiento de los desechos en los sifones del sistema. Además de llegar a atascarse, puede derivar en averías más serias. Por lo que, si aparecen malos olores, hay que abrir la tapa del sifón, vaciarlo y limpiarlo en profundidad.
Sale poca agua del grifo, o directamente no sale
En aquellas localidades donde el agua tiene mucha cal, es normal que salga poca agua del grifo o directamente no salga. Lo que suele suceder es que el filtro del grifo se obstruye por la cal. Para eliminarlo hay que quitar el filtro y ponerlo en un vaso con vinagre durante toda una noche.
Si el agua sigue sin salir, el problema puede estar relacionado con la presión del agua, por lo que hay que verificar que la llave esté abierta. Si el problema perdura, hay que recurrir a un fontanero.
Acumulación de aire en las tuberías
Cuando no se utiliza el sistema durante mucho tiempo, las tuberías acumulan aire. Esto produce ruidos muy molestos que fuerzan la instalación. La solución más sencilla está en abrir todos los grifos, durante unos minutos, para que el agua vuelva a correr por las tuberías.