Durante los meses de frío podemos hacer que nuestro hogar se mantenga cálido y confortable durante el día a través de diferentes instalaciones de calefacción. Estos sistemas, además de ser indispensables, también influyen directamente en las facturas de luz o gas. Por tanto, es muy importante saber escoger qué tipo de calefacción nos conviene más.
Así pues, si quieres saber cuáles son las diferentes instalaciones de calefacción y cómo funcionan, sigue leyendo. Y recuerda que puedes profesionalizarte en este sector a través del Curso experto en Fontanería y Calefacción. ¡Síguenos!
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¿Cuáles son los diferentes tipos de instalaciones de calefacción?
Actualmente existen diferentes sistemas de calefacción que varían según el combustible que se utiliza y la forma de transformarlo en calor. Pero si tienes dudas sobre cuál se adapta mejor a tu hogar y bolsillo, aquí te las vamos a resolver.
Calefacción de gas natural
Es el sistema más seguro, cómodo, económico y respetuoso con el medio ambiente. Se trata de un circuito individual en el que el usuario puede elegir cuándo encender y apagar el sistema, así como escoger la temperatura. Además, gracias a este tipo de instalación, se evitan los cambios drásticos de temperatura y se puede mantener la misma en todas las estancias de la vivienda.
Para tener este tipo de calefacción individual en casa necesitarás instalarte una caldera de gas y radiadores en las diferentes habitaciones.
Calefacción eléctrica
Es otra de las alternativas más utilizadas actualmente en los hogares españoles. Prácticamente no necesita una instalación, por lo que destaca por su comodidad, y se trata de energía limpia. Pero, con la subida de la luz y al ser un sistema que depende al 100% de la electricidad, el coste de las facturas es muy elevado.
El sistema de calefacción eléctrica más cómodo, básico y fácil es el que consta de varios radiadores eléctricos repartidos por el inmueble.
Calefacción de gasoil
El gasoil es un hidrocarburo procedente del petróleo y que tiene un gran poder calorífico. Para ponerse este sistema de calefacción es necesario tener un depósito de gasoil en la vivienda, siendo solo es posible en casas unifamiliares, ya que dentro de un piso no se puede tener un depósito de este tipo.
Este sistema de calefacción es muy peligroso y contaminante, por lo que cada vez son más las personas que prefieren instalarse placas solares en sus casas y gozar de la energía renovable y segura.
Calefacción de gas propano
Es uno de los sistemas más utilizados en zonas donde aún no hay suministro de gas natural disponible. Se suele suministrar envasado en bombonas, a granel (con un camión cisterna), o canalizado a través de una red que abastece a las viviendas desde un depósito central.
El gas propano es muy económico, en comparación con la electricidad o el gasoil, y tiene un alto poder calorífico.
Calefacción de gas butano
Al igual que el propano, el gas butano es muy económico y se utiliza en aquellas zonas que no disponen de red de gas natural. Se distribuye a través de bombonas y ofrece diferentes opciones para calentar un inmueble, ya sea con aparatos fijos como portátiles.
Además de ser una alternativa muy peligrosa, el mayor inconveniente de la calefacción por gas butano es que una vez vaciada la bombona, el usuario se queda sin suministro y debe sustituirla por una nueva.
Calefacción a partir de biomasa
Es una alternativa ecológica y eficaz. La instalación inicial de una caldera de biomasa es costosa, pero al poco tiempo se amortiza y también hay un ahorro económico en facturas importante.
Las calderas de biomasa funcionan con residuos orgánicos y pellets de serrín natural o desperdicios de carpinterías.
Calefacción por bomba de calor
También conocida como aerotermia, es una alternativa de la calefacción eléctrica y que ofrece una alta eficiencia energética gracias a la bomba de calor. Esta tiene la capacidad de ofrecer más energía útil de la que se utiliza para su funcionamiento, porque aprovecha la energía contenida del aire para climatizar un inmueble.
Calefacción de suelo radiante
También se incluye dentro de los sistemas de calefacción eléctrica, siendo uno de los más novedosos porque el calor se distribuye por tubos o cables instalados debajo del suelo de una vivienda.
Si bien es cierto que requiere de una inversión inicial elevada, su distribución es homogénea y uniforme en todos los espacios del inmueble.