En la espalda, los hombros, el rostro… No hay nada mejor que un buen masaje después de un día duro. Y es que los masajes se tratan de una técnica que se aplica para manipular las capas superficiales y profundas de nuestros músculos. Ya sean masajes faciales o corporales, estos ayudan en procesos de curación, relajan la musculatura y nos aportan bienestar general. Así que, si te interesa el tema, en el post de hoy vamos a profundizar en los masajes faciales y su importancia. Además, recuerda que el Curso de Esteticista te formará a nivel teórico y práctico sobre ello y más aspectos relacionados con la belleza.
Índice de contenidos
En qué consisten los masajes faciales
Para mantener la piel firme de nuestro rostro es necesario cuidarlo diariamente para poder mantener la estructura de los músculos de la cara. Y los masajes faciales son una de las mejores opciones a las que podemos recurrir. Estas técnicas ayudan a relajar los músculos tensos a la vez que los estimulan para mantener su firmeza. Así pues, es como si los músculos de nuestro rostro hicieran deporte.
Un masaje facial se puede aplicar de diferentes formas. Podemos hacerlo con nuestras manos a través de unos ejercicios sencillos, acudir a un masajista o pedir hora a una esteticista para que nos lo aplique a través de diferentes aparatos. También podemos acompañarlo con cremas, aceites o diferentes tipos de productos cosméticos. El caso es que, sea cual sea la forma, un buen masaje facial regular contribuye a disminuir los efectos del envejecimiento de los músculos de nuestro rostro.
Beneficios de los masajes faciales
Aplicar masajes en el rostro tiene sus funciones y beneficios. Básicamente favorece en los siguientes aspectos:
- Se estimula la producción de fibras que sostienen la piel, porque se activa el sistema circulatorio.
- Frena el envejecimiento facial.
- Refresca la piel.
- Aporta elasticidad.
- Disminuye la tensión de los músculos provocada por el estrés.
- Mejora las bolsas.
- Aporta sensación de bienestar.
Cómo hacer un masaje facial en casa, paso a paso
Antes de hacerte un masaje facial en casa debes limpiar profundamente tu rostro a través de una rutina de higiene facial. De esta manera eliminarás los restos de maquillaje y partículas contaminantes que se adhieren a la piel. Una vez terminado este ritual, el cutis ya estará preparado para ser estimulado.
Un masaje facial se basa en relajar los puntos de tensión musculares a través de una ligera presión. Así que, unta tus manos de crema o aceite para facilitar su deslizamiento y trabaja las siguientes zonas de tu rostro siguiendo los pasos que te explicamos a continuación.
Contorno de ojos
Es una de las zonas más sensibles del rostro porque la piel es más fina y propensa a padecer bolsas y ojeras. Para relajarla, utiliza la yema de los dedos para dar ligeros toques alrededor de los ojos y las sienes. Después, presiona con los dos dedos índices en el entrecejo, realizando un movimiento de abajo hacia arriba y terminando en la frente.
Nariz
Entre el puente de la nariz y los lagrimales se encuentra un punto de tensión. Para relajarlo, presiona suavemente y continúa bajando por la zona del párpado inferior, desde dentro hacia fuera. Con este movimiento se previene la aparición de bolsas.
Frente
La frente es la zona del rostro que más tensión por estrés podemos acumular. Hazte un ligero automasaje relajante que vaya desde el centro hacia las sienes. No aprietes demasiado ya que puedes agravar el dolor.
Barbilla
Para acabar, masajea el contorno de la barbilla con pequeños pellizcos. Hazlo con un movimiento suave, empezando por el centro de la barbilla hasta terminar en las orejas. De esta manera, estarás contribuyendo a que la piel del cuello esté firme y lisa.
Otros tipos de masajes faciales caseros
Con los ejercicios tan sencillos que te hemos explicado arriba mejorarás la salud de tu piel y la estructura de tu rostro, retardando los efectos del envejecimiento. Ahora bien, también hay otros tipos de masajes faciales caseros. En este caso, necesitarás algún que otro objeto. Toma nota.
Masaje con hielo
Este masaje es ideal para que el maquillaje dure más tiempo o si la piel del rostro está deshidratada. Simplemente coge un par de cubitos de hielo y envuélvelos en un paño. Frota suavemente y de forma ascendente por el cuello y el rostro.
Masaje con rodillos de cuarzo o jade
Si tu rostro presenta un aspecto cansado, ya sea por trabajo o por trasnochar, aplica humectante con un rodillo de cuarzo o jade. Esta herramienta sirve para facilitar el masaje y relajar la tensión de los músculos en profundidad.
Masaje con cucharas
Coge dos cucharas limpias y déjalas en un vaso con agua helada y alcohol por unos minutos. Sécalas y ponlas sobre los párpados superiores. Repítelo cinco veces y aplícalo también en bolsas y ojeras. Para el resto de la cara, coloca las cucharas en una taza con aceite esencial tibio y masajea.